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Blog de Literatura Infantil y Juvenil

LITERATURA CLÁSICA. EL LAZARILLO DE TORMES. (Alberto)

LITERATURA CLÁSICA. EL LAZARILLO DE TORMES. (Alberto)

Si intentar que nuestros jóvenes lean tiene su “intríngulis”, más lo tiene si pretendemos que lean literatura clásica, no por el tema en si, pues hay libros de literatura clásica cuyo tema puede seguir interesando o gustando en el siglo XXI. Realmente el choque frontal viene a ser por el lenguaje, expresiones y desarrollo expresivo de aquel entonces. También nos encontramos con un sector que considera que la lectura debe ser dirigida hacia la total actualidad, al momento presente. Tal vez, en épocas anteriores, se haya abusado demasiado de la literatura clásica para los alumnos, pero si olvidamos ésta y promocionamos la actual estamos cayendo en el mismo pecado. Lo lógico es trabajar con una y con la otra. ¿Cómo solventar el problema del lenguaje del pasado y acercarlo al momento de hoy? Esta pregunta ya ha sido contestada desde hace tiempo con las adaptaciones surgidas de ellos; y no sólo con adaptaciones narradas, también existen los cómics con los que acercarse al autor y al libro, como en “El Quijote”, de Miguel de Cervantes Saavedra.

Pongamos un ejemplo: El Lazarillo de Tormes. Sus adaptaciones.

  • El Lazarillo” contado a los niños, por Rosa Navarro Durán e ilustraciones de Francesc Rovira, de la editorial edebé. Una estupenda adaptación para alumnos de primaria, de ilustraciones geniales y de no excesivo texto.
  • “El Lazarillo de Tormes”, adaptación de Eduardo Alonso e ilustrado por Jesús Gabán, de la editorial Vicens Vives, colección clásicos adaptados. De estupenda lectura para la E.S.O.

 

 

3 comentarios

Marga -

Aunque es cierto que a veces a los chicos les resulta un lenguaje un poco difícil de entender, el Lazarillo es un clásico precioso que todo el mundo debería haber leído alguna vez en su vida. A mi me encantó.

Alberto -

Buena ironía, o sarcasmo. ¡Picaresca española!

Javier -

El Lazarillo me parece una muy buena opción. La picaresca se adarta bien al pensamineto actual. El siglo XVI y el XVII son de los pícaros. ¿Y el XX? y ¿el XXI?